CAPERUCITA ROJA
por Pablo García Crespo
Érase una vez una enana llamada Caperucita Roja, que iba a la discoteca de su abuela discjockey punk para darle unas natillas con galletas porque estaba enferma.
Cuando se encontró con el Lobo Feroz Argentino.
Éste era un metomentodo y siempre tenía hambre. Se le había antojado zamparse a Caperucita.
Le dijo:
- A ver, Penélope Cruz. Te reto a una carrera, ché. Si yo gano, te como. Si tú ganas, te doy un millón de pavos.
Cómo no, Caperucita aceptó la apuesta. Lo que ella no sabía era que al Lobo lo llamaban El Correcaminos Mamífero. Y, con ese apodo, ganó la carrera.
Cuando Caperucita llegó, el Lobo le dijo:
- Como gané la carrera, te voy a comer.
En ese momento, apareció el General y le pasó un bazuca a Caperucita, que mató al Lobo.
Luego, fue a la discoteca de su abuela. Allí, le dio las natillas a su abuela, que le dijo “agradecida”:
- Niña, yo quería purgante, que estoy estreñida.
Apareció el Lobo otra vez, y las últimas palabras de Caperucita fueron:
- Pero si yo te maté…
El Lobo dijo:
- Sería mi hermano gemelo. Con lo cual te comeré con más ganas.
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