LA MALDICIÓN DEL RÍO
por Antonio Guerrero Malagamba
Érase una vez un pueblo llamado Turisa, con pocos habitantes, pero muy famoso y terrorífico. Las personas que llegaban nuevas al pueblo preguntaban siempre por qué era tan terrorífico ese pueblo. Los lugareños no querían responder por miedo a alguna cosa que les impedía contar lo que ocurría. Una vez llegó la familia Portas a la ciudad. Eran extraños, como todas las otras personas que llegaban y se iban porque no se atrevían a convivir con los ciudadanos que no les contaban nada. En esa familia estaba el padre, llamado Lufier; la madre, Laura; la hija, Bibí; y el hijo, Jak. Eran una familia muy aventurera y querían saber qué pasaba, sobre todo Jak, que era el espíritu aventurero de la familia, por lo que la familia se quedó en el pueblo en una pequeña cabaña que había cerca del río.
Ese día era 31 de octubre y eran las seis de la tarde. Entonces Bibí y Jak salieron a conocer a niños para poder jugar y hacer amigos. Más adelante del río un chico estaba solo tirando piedras al rio agua y Jak lo saludo. El chico no respondía, estaba triste. Le preguntaron cómo se llamaba y le dijeron que no le iban a hacer daño. El chico respondió:
- Hola, me llamo Germán y os aconsejo que os vayáis de este pueblo.
Entonces Bibí le preguntó por qué y Germán le respondió:
- Este pueblo esta maldito, por culpa del antiguo alcalde del pueblo, que se ahogó en el río, ya que le pegó a un niño y todos se pusieron en contra de él. Ahora quiere vengarse de todos, por eso nadie habla, porque si no es capaz de matar a quien sea -dijo Germán.
Después le preguntaron:
-¿Está vivo? ¿Es verdad eso que cuentas o es solo un relato?
Y Germán le respondió:
- Es verdad, está muerto pero cuando dan las doce de la noche aparece su espíritu y se lleva a las personas. Además, si contamos lo que sea el día antes, nos lleva también a nosotros.
Jak y Bibí no se lo creyeron mucho y se fueron corriendo a la casa para coger algo para jugar con Germán. A continuación, volvieron donde estaba Germán antes y… ¡estaba en el árbol colgado boca abajo!
Bibí empezó a llorar y a correr hacia su casa y Jak se quedó pensando en que era verdad lo que les contó.
Cuando Bibí llego a su casa empezó a contarles a sus padres la historia sin hacer caso a lo que contó Germán.
Al rato regresó Jak y se puso a llorar sin parar porque sabía que Bibí había contado eso. Más adelante Bibí y Jak fueron al su cuarto y Bibí empezó a mirarse al espejo y… unas manos terroríficas salieron del espejo y se lo llevaron.
Jak comenzó a llorar y a llorar y no quería contarles nada a sus padres si no se lo llevarían a él también.
Al día siguiente sus padres salieron y hablaron con los vecinos nuevos de lo sucedido también contando la historia y cuando se montaron en el coche para ir a comprar se estrellaron y murieron.
Jak desesperado no sabía qué hacer porque una vez entrado en el pueblo no podía salir. Entonces, cuando dieron las doce de la noche, Jak se metió en el río gritando que se lo llevasen y que no tenía que pagarlo con nadie por algo que no habían hecho
Inmediatamente, se clavó un cuchillo y se fue río abajo...
Esta historia es como una cadena cuantas más personas nuevas llegan esos días, mas mueren.
0 comentarios:
Publicar un comentario